Rawson había sido elegido por los militares, como el lugar de detención más seguro de los dirigentes guerrilleros. Ubicado lejos de todo centro urbano, en el páramo patagónico
y a metros de la base aeronaval Almirante Zar, como del V cuerpo de ejército, parecía un lugar inexpugnable.
El traslado de los prisioneros políticos desde Devoto a dicho Penal, como al de Resistencia (Chaco) había comenzado días después de que la detención de Oberdan Sallustro (jefe de FIAT argentina) por parte de un comando del PRT/ERP -y por cuya libertad se pedía la libertad de los presos políticos- terminará trágicamente al descubrir las fuerzas represivas el lugar donde se lo tenía retenido.
La situación política era de guerra civil, con el Partido Militar intentando un acuerdo con Perón como forma de parar la marea revolucionaria que comenzaba a jaquear la estabilidad y existencia misma del sistema capitalista. Marea que producía grietas en el seno del mismo Partido Militar, entre aquellos que sostenían que la única manera de detener el avance revolucionario era permitir la vuelta de Perón, incluso un gobierno de ese signo político, y los sectores más antiperonistas del Ejército.
Los primeros estaban referenciados en el Gral Lanusse; los segundos en el Gral. López Aufranc.
La propuesta de Lanusse era el llamado GAN (Gran Acuerdo Nacional), que debía unir a todos los sectores burgueses en contra de la guerrilla socialista, en especial, contra el PRT/ERP.
Conscientes de la situación de guerra civil que se vivía, de la debilidad política del Partido Militar, cuya única posibilidad de éxito radica en alcanzar un acuerdo con Perón, y la preeminencia de una desviación militarista en el seno del Partido, la dirigencia perretista sabía que debía recuperar la libertad lo antes posible para reorientar al Partido en la dura lucha política que se aproximaba, combatiendo cualquier expectativa en un muy posible gobierno peronista.
La fuga es exitosa aunque no alcanzan la libertad toda la cantidad de presos que se planteaba. Errores humanos en quienes apoyaban la fuga desde el exterior hizo imposible que así fuera.
El primer grupo revolucionario a pesar de todo consigue llegar al aeropuerto de Trelew, donde un comando retenía el avión que los llevará a Chile luego de esperar un largo rato la llegada del segundo contingente. Cuando éstos llegan, el avión ya volaba rumbo a la cordillera. Será este segundo grupo el que tomará el aeropuerto y se entregará a los marinos de la base Zar después de obtener el compromiso público del gobierno militar de que su vida será respetada.
La noche del 21 de Agosto, casi una semana después de la fuga, un Plenario de generales, almirantes y brigadieres resuelve asesinar a los detenidos. Quedarán con vida 3 de los prisioneros a quienes se creían muertos: Haidar, Camps y María angélica Berger. Y será con el testimonio de ell@s que se recrearán la verdad de lo sucedido: un asesinato a sangre fría.
El entierro de las víctimas se convirtió en importantes demostraciones de odio popular contra los militares. En algunas provincias, como Tucumán, de donde era Clarisa Lea Place, una multitud llevó a pulso el cajón hasta el cementerio a pesar del hostigamiento permanente de las fuerzas represivas.
Los dirigentes revolucionarios que recuperaron la libertad volvieron casi inmediatamente al país a ponerse nuevamente al frente de la lucha contra la dictadura de la burguesía.
El enorme apoyo obrero y popular a la lucha guerrillera convenció a las FF AA de la necesidad de dar un paso atrás, otorgando elecciones mientras se preparaban para un nuevo golpe.
Gloria y Honor a los héroes de Trelew
ENCUENTRO SOCIALISTA ANTIMPERIALISTA
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