El gobierno decidió finalmente
implementar una cuarentena obligatoria para todo el territorio nacional, como
consecuencia de la pandemia desatada por el coronavirus, a partir de las 0hs
del 20 de marzo. En un país con 45 millones de habitantes, pretende encerrar a
la inmensa mayoría sana por el riesgo que significa la ínfima minoría que puede
y ha viajado al exterior.
En lugar de utilizar todos los
medios a disposición del Estado para obligar a ese sector y su entorno al
encierro domiciliario, dicta un decreto para toda la población, cuando las
mayorías populares de la Argentina profunda no sólo no pueden viajar ni afuera
ni adentro, sino que apenas sobreviven en una economía destrozada por las
clases dominantes del país y necesitan el mango diario para poder llevar algo
de pan a sus mesas.
En la Casa Rosada muestran una
preocupación por el COVID-19, cuyo brote ya fue controlado en China al punto de
que en la última semana hubo cero casos, que no demuestran por el dengue, el
chagas, la neumonía o la gripe común, que matan miles de seres humanos en
nuestro suelo cada año; ni por el Sistema de Salud Pública, con personal médico
y auxiliares precarizados, con salarios de miseria, sin insumos ni instrumental
para la atención cotidiana de la población. Hablan del temor a que por la
pandemia se desborden los hospitales y colapse el sistema de salud: que le
vayan a decir eso a lxs miles y miles de humildes laburantes que deben hacer
interminables colas para acceder un turno que los hará esperar a veces meses
para atender sus dolencias.
Como si fuera poco, sacan todas
las fuerzas represivas a la calle para controlar y efectivizar la medida, con
lo cual lxs trabajadorxs de la economía informal, que suman como mínimo el 40%
de la fuerza laboral total (unas 8 millones de personas), corren el riesgo de
ser tratadxs como delincuentes y ser detenidxs por “violar la cuarentena”. Algo
que se ven obligadxs a hacer, porque si no trabajan, no comen. El presidente
Fernández dijo en cadena nacional, mientras anunciaba la cuarentena obligatoria,
que “en unos días” implementarían medidas para aliviar la situación de
monotributistas y trabajadores informales, pero la primera medida que se apuró
en tomar fue para los patrones, a los que exceptuó de pagar los aportes
patronales y pateó para más adelante sus deudas con el Fisco. Está bien en
claro cuáles son las prioridades del señor Fernández y todo el oficialismo.
Tiene un alto grado de simbolismo
el hecho de ver tropas uniformadas controlando a la población en cercanías de
una fecha tan significativa para nuestro pueblo como el 24 de Marzo. No es
casualidad que el gobierno que fogonea con descaro la “reconciliación” con los
genocidas adopte estas medidas. Como consecuencia de ellas, será la primera vez
que el Día de la Memoria quede vacío de pueblo para reivindicar la lucha
revolucionaria por el Socialismo de nuestros 30 MIL.
No es casualidad que el gobierno
que quiere imponer un Pacto Social para acomodar todos los recursos y políticas
del Estado para pagar una Deuda ilegítima, ilegal, fraudulenta y por lo tanto
odiosa –esa deuda que nuestros 30MIL nunca reconocerían y mucho menos
pagarían-, ensaye con las botas volcadas en las calles ante la previsión de
cualquier estallido.
Mientras se encierra al pueblo
explotado y expoliado, los responsables de todas sus angustias tienen libertad
de circulación, pues son parte de este Estado que oprime a las mayorías.
Mientras encierra al pueblo, el
gobierno deja en libertad y no hace nada por castigar a los responsables de la
miseria que no cesa, sino que crece. Claro, porque el oficialismo, pagador
serial, es parte de los responsables del saqueo del pueblo argentino.
Surge claramente de esta crisis
que el capitalismo no puede resolver los innumerables problemas y catástrofes
que provoca. Al menos no puede resolverlos en favor de las mayorías populares.
La contaminación, el calentamiento global, la depredación de las especies, la
destrucción de selvas y bosques; el hambre, la miseria; las guerras; las
enfermedades; todos provocados por el modo de producción burgués y su
consecuente organización social, no tienen solución dentro de este sistema que
resguarda los privilegios de unos pocos en detrimento de la absoluta mayoría de
la humanidad.
Es posible que vaya calando en la consciencia planetaria que hoy
por ejemplo, donde la pandemia hace estragos, los pueblos claman por aquellos a
los que el imperialismo burgués ha estigmatizado como “demonios rojos”: más
allá de las consideraciones ideológicas que podamos tener, para las masas
chinos y –sobre todo- cubanos son comunistas, y “su socialismo” sí ha
desarrollado mecanismos para salvaguardar la vida y la salud de millones. Hoy,
los comunistas parecen ser los salvadores, allí donde el capitalismo fracasa.
Las organizaciones que firmamos
esta declaración, integrantes del Encuentro Socialista Antiimperialista,
repudiamos las políticas del gobierno del FDT y estas medidas que no sirven
para frenar la pandemia, sino para evitar cualquier manifestación popular en su
contra.
o
Cuarentena para los infectados, los que viajaron
en los últimos 14 días, su entorno y los grupos de riesgo por edad o
enfermedades preexistentes
o
Libertad de circulación para los trabajadores
formales e informales no contagiados
o
Control de precios para la totalidad de la
canasta familiar
o
Precios máximos de alimentos al alcance de
jubiladxs y trabajadorxs
o
Rebaja de tarifas. Luz y gas para calefaccionar
a tarifas accesibles, ya que el coronavirus, como la gripe y la neumonía que
matan miles de personas por año, se desarrollan en ambientes fríos
o
Dejar de pagarle a los buitres financieros y
utilizar esos recursos para la Salud Pública
o
Disponer coercitivamente de clínicas y
sanatorios privados por parte del Estado en caso de una expansión de cualquier
pandemia, ya sea coronavirus, gripe común, neumonía, dengue, chagas, etc.
o
Aumento de presupuesto para la Salud Pública,
Universal y Gratuita
No hay comentarios:
Publicar un comentario